Decretan prisión para la acusada de un asesinato extraditada por Argentina

Fuente: lavanguardia.com


Girona, 19 ene (EFE).- El Juzgado de Instrucción número 4 de Blanes ha decretado el ingreso en prisión de una tarotista argentina acusada de ser la presunta autora del asesinato de Ana María Martos Nieto, una vecina de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) desaparecida en enero de 2004.


Martos, de 32 años, fue vista por última vez por sus padres el 18 de enero de 2004 y dos días después por un notario, cuando vendió su piso, tras una separación que, según su familia, la había dejado bastante deprimida.


En enero de 2013, la Fundación Inter SOS de personas desaparecidas recibió tres llamadas anónimas que informaban que Norma Beatriz Kuike había secuestrado, estafado y asesinado a Ana María Martos y que su cadáver estaba enterrado en una finca en la urbanización Lloret Residencial, de Lloret de Mar (Girona).


En junio de 2013, la policía halló en una parcela boscosa contigua a la casa indicada por el "anónimo" y bajo 180 toneladas de tierra un bidón metálico relleno de cemento que contenía los restos de la chica.


Hubo tres imputados por este crimen: el antiguo dueño de la finca, Josep María Tarraguell, que está en libertad provisional tras pasar algunos meses en prisión, así como a la tarotista y su hijo. Como estos últimos habían viajado a su país de origen, Argentina, se dictaron dos órdenes internacionales de detención por delitos de homicidio y de estafa.


Finalmente, el pasado 16 de enero la mujer fue extraditada y hoy, tras pasar a disposición judicial, ha ingresado en prisión.


La policía detuvo al antiguo dueño del terreno, de unos 70 años de edad, que en su declaración ante el juez aseguró que fue a buscar a las dos mujeres a la estación, que Ana María estaba como drogada y que tras plantearse llevarla a un hostal las llevó a su casa.

Una vez guardó el coche en el aparcamiento de la vivienda subió a su casa y, cuando volvió a bajar, ya vio a la chica muerta.

Aseguró que la tarotista le dijo que dejara el cuerpo allí, que ya le diría qué hacer con él y que al día siguiente le llamó y le ordenó que pusiera el cuerpo en un bidón y lo enterrara.


Tarraguell explicó que no dijo nada a la policía porque Kuike le amenazó con hacer daño a sus hijos.


El juez encarceló a Tarraguell, pero meses después la Audiencia de Girona le dejó en libertad provisional por considerar que en todo caso se le podía acusar de encubridor.


Por su parte, Norma Beatriz Kuike, que ha contestado este lunes por videoconferencia desde Madrid sólo a las preguntas del juez, ha asegurado que creía que Martos todavía estaba viva.


Ha explicado que ella tiraba las cartas en la Rambla de Barcelona, que se conocieron paseando a sus perros, y que ambas se tiraban las cartas mutuamente.


Según ella, la cronología de los hechos es parecida a la declarada por Tarraguell; pasaron por la estación de Blanes y por un hostal y finalmente las llevó a su casa.


La tarotista ha mantenido sin embargo que vio a la chica muy deprimida y pensó que quizás se querría suicidar, por lo que no quiso dejarla en el Hostal y fueron a casa de Tarraguell.


Sin embargo, la acusada ha dicho que la víctima se clavó una jeringuilla en el pecho y que ella decidió volver a su domicilio en Vilassar porque tuvo miedo.


Al cabo de unos días, ha declarado, llamó a Tarraguell para ver cómo estaba Ana, a lo que él le respondió que la había metido en un bidón y la había enterrado.


La tarotista ha dicho no haberle creído "porque no le veía capaz", por lo que pensó que Ana se había recuperado y estaba viva, aunque como no le contestaba al teléfono no sabía nada de ella.


La policía sospecha que el móvil del crimen de Ana María Martos fue económico porque en el último semestre de 2003 vendió su piso, su coche, pidió dos préstamos personales y dinero a su exmarido y descontando el pago de la hipoteca, tuvo unos ingresos de más de 110.000 euros de los que no había ni rastro en sus cuentas.


Tras escuchar la declaración de Norma Beatriz Kuike el juez ha decretado su ingreso en prisión como presunta autora del asesinato de la vecina de Sant Feliu de Llobregat.


El delito de estafa del que le acusaba la policía no se le ha podido imputar porque las autoridades argentinas no concedieron la extradición por este hecho.